los cafetales de las alegrias guardan historias de segundas oportunidades.

cada perro que ves aquí trae consigo una historia: algunos llegaron con miedo, otros con hambre, otros simplemente buscando un lugar donde ser. en las alegrias encontraron más que refugio; encontraron familia.

al caminar entre cafetales, sus pasos se mezclan con los nuestros y nos recuerdan que rescatar una vida es también rescatarnos a nosotros mismos. cada mirada brillante, cada juego bajo el sol es prueba de que las segundas oportunidades existen. este es nuestro propósito: abrir espacio, dar amor y dejar huella. porque en cada vida salvada, la finca también florece.